flecha
miércoles, 16 de noviembre de 2016
miércoles, 9 de noviembre de 2016
La bandera de los pueblos originarios: Whiphala
Wiphala:
Uso y creación de la Wiphala
Se cree que fue creada hace más de 1000 años (algunas fuentes incluso señalan la posibilidad de que su creación date de hace más de 2000 años).
También
se cree que la insignia era utilizada desde en tareas de agricultura
hasta en ceremonias. Incluso, en Perú, se ha encontrado un objeto
muy parecido a la actual Wiphala sobre una tumba de más de 800 años
de antigüedad. Incluso se han encontrado insignias con los colores
de la Wiphala pintados en una roca, tejidos y vasos en varias
regiones de Bolivia, y se estima que esas obras datan de antes del
siglo XV.
Una
crónica colonial del siglo XVI señala el uso de una bandera por
parte de los pueblos andinos pero no ofrece descripción de la misma.
Algunas fuentes señalan la posibilidad de que se tratase de una
wiphala.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Este video explica la historia de los pueblos originarios
Si queres saber mas del tema mira el siguiente video:
Pueblo: Selk’Nam (Ona)
diferentes pueblos: los alacaluf, los yámana o qawéskar, los haush y los selk’nam. Fueron los yámana
quienes denominaron a estos últimos con el nombre que luego le adjudicaron los europeos: “ona”,
posiblemente, ‘hombres o pueblos del norte’. Los haush y los selk’nam presentaban aspectos
comunes, por lo que se los consideraba emparentados, pero los primeros se asentaban en el este de la
isla, mientras que su lengua presentaba diferencias con sus vecinos del norte.
Estos pueblos originarios representan la descendencia actual de los más antiguos pobladores de
América: fueron cazadores expertos que dominaron las técnicas para vivir en un medioambiente
extremadamente frío, con largos y rigurosos inviernos, pero extremadamente rico en especies
naturales, de las que extraían lo necesario para su vida social y ceremonial, estrechamente
relacionadas entre sí.
Pueblo: Aónikenk (Tehuelche)
sus estilos culturales están actualmente en proceso de revisión por parte de los
estudiosos y de revitalización por parte de sus descendientes. Se trata de un caso
notable, ya que este pueblo y los colonizadores mantuvieron contactos muy
tempranos, que se hicieron especialmente frecuentes a partir del siglo XVIII,
cuando comenzaron a ser registrados en los documentos de época y, a través de
estos escritos, se acumuló información variada –y a menudo contradictoria– sobre
sus formas de vida.
Incluso el propio término “tehuelche” pudo haber sido históricamente impuesto por
otros pueblos, pero tal vez no fue la denominación que este pueblo adoptó para sí.
Se cree incluso que, bajo el término “tehuelche”, se designaba a grupos con cierto
parecido en algunas de sus costumbres o de su lengua, no obstante manifestar
también diferencias entre sí.
Pueblo: Mapuche
El pueblo mapuche comparte muchas de las tribulaciones que han sufrido y experimentan aún
los pueblos originarios cuyos territorios resultaron escindidos y fragmentados, como efecto de
la constitución de las fronteras de los estados nacionales, a lo largo del siglo XIX. Las
experiencias históricas y el modo de afrontarlas, sin embargo, varían en cada uno de ellos
conforme a sus particulares modalidades culturales y organizativas, así como a la índole de los
contendientes que han tenido que enfrentar.
El pueblo mapuche, cuyos territorios se emplazaban a ambos lados del sector meridional de la
cordillera de los Andes, aparece en los registros históricos de los conquistadores españoles
desde muy temprano. Fueron designados por estos como “araucanos”, a partir del nombre
dado por ellos a la región: Araucanía, o lugar donde abundan los árboles de araucaria,
pehuenes, en lengua mapuche.
Pueblo: Atacama
La ocupación territorial en la Puna de Atacama generó muy tempranamente pautas
organizativas especialmente adaptadas para desafiar los rigores del clima y las particularidades
medioambientales de la región. Los recursos propios provenientes del pastoreo (hilados,
tejidos y carnes) y la explotación de los yacimientos de sal constituyeron tradicionalmente el
bien de intercambio con otras localidades y pueblos.
Antes de la ocupación colonial, las caravanas o viajes de intercambio precedidos de rituales
propiciatorios se realizaban uniendo la puna con la quebrada de Humahuaca y a través de la
Cordillera hacia el oeste y el norte. Esa tradición continúa actualmente, pero debió sortear –y
aún lo hace– los impedimentos impuestos por la organización de las fronteras nacionales a
partir de la formación de los Estados como tales.
Pueblo: Kolla
La región que hoy delimitan las provincias de Salta y Jujuy exhibe una gran diversidad de
paisajes o regiones medioambientales denominadas puna, selva, y valles y quebradas. Desde
hace diez mil años y hasta el presente, fue ocupada por diferentes sociedades que llevaron
diversos estilos de vida. A partir del siglo XIII, puede distinguirse el surgimiento de
características locales muy expresivas, así como indicios de un intenso intercambio entre
localidades. La expansión del dominio inca sobre la región agregó un nuevo elemento de
complejidad, ya que esta gran extensión de tierra, designada como Kollaysuyo, fue ocupada
por nuevos contingentes de población que se sumaron a los residentes locales incorporando
sus propias modalidades urbanísticas y organizativas, sin reemplazar los estilos anteriores en
materia de urbanización, dirigencia política-religiosa y producción agroganadera, de pastoreo y
textil.
Pueblo: Omaguaca
La región de valles y quebradas que compone el noroeste argentino, y que se extiende con
independencia de los límites jurisdiccionales entre provincias, presenta una gran variación
ambiental y, consecuentemente, de los recursos productivos. Las poblaciones que se
asentaron allí se orientaron hacia la especialización interna y hacia el intercambio con
colectividades a veces muy distantes. En virtud de esos procesos especializados, fueron
desplegando modalidades culturales distintivas que se sintetizaron en identificaciones que los
singularizaban ante los restantes pueblos. Estas fueron registradas durante la expansión
colonial española e incorporadas como una de las claves para el control de las poblaciones
sometidas. Los nombres (o etnónimos) con los que nombramos hoy a estas colectividades
étnicas aparecen en las crónicas del conquistador español como una estrategia simbólica y
universal de la dominación colonial, para manipular y alterar las identificaciones de los pueblos
invadidos.
Pueblo: Diaguita
activa transformación social que continúa hasta el presente. La comprensión de los reclamos
diaguitas contemporáneos, el respeto a su identidad como pueblo y su derecho a disponer de
territorios propios, supone tener en cuenta algunos aspectos de esa larga tradición histórica de
ocupación y poblamiento regional. Se trata también de una región que ha sido objeto de
múltiples estudios y relevamientos arqueológicos, históricos y culturales, por lo cual la
información sustentada en material documental de variado tipo es extremadamente rica.
Las primeras evidencias de ocupación datan de diez mil años atrás, cuando grupos de
cazadores nómades se desplegaron en la zona. Hace tres mil años, sus descendientes u otros
pueblos comenzaron a explotar la agricultura y el pastoreo de animales, y a construir
ocupaciones permanentes. En las aldeas surgieron especialistas dedicados a la producción de
cerámica y el trabajo en metales. Probablemente, todos compartieran una lengua común con
variantes locales: el kakán.
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